El micrófono de Allen Rosenshine

Ayer tuve el honor de asistir como invitado a la ceremonia de graduación de la última promoción de Periodismo, Comunicación Audiovisual y Publicidad y Relaciones Públicas de la Facultad de Ciencias de la Comunicación Blanquerna (FCCB-Universidad Ramón Llull).
El acto tuvo lugar en el marco incomparable del Palau de la Música de Barcelona. Parece que la celebración, pese a su alarde de localismo, tuvo un seguimiento importante por parte de los medios (aquí, la nota de prensa publicada por Fuerteventura digital).

Lo cierto es que los excesos de la noche anterior y la perspectiva de encarar casi tres horas de ceremonia hacían poco menos que tensa la espera previa al inicio del acto; sin embargo, todo se desarrolló con cierta agilidad. Todo, menos el “speech” principal del padrino de la promoción, nada menos que Allen Rosenshine, presidente mundial de BBDO Worlwide y uno de los principales gurús en el mundo de la publicidad y, en especial, de la comunicación.

Curiosamente, este parlamento fue al tiempo lo más interesante –junto al acto de graduación en sí- y lo más tedioso del acto. Y eso es así porque el Sr. Rosenshine tiene muchas cosas interesantes que contar, y una posición con respecto al avance de la tecnología y su interrelación con los medios de publicidad y comunicación bastante escéptica y, al tiempo, coherente con la evolución del sector durante los últimos años.

Por desgracia, en lo que me pareció un exceso de celo por parte de la organización, los asistentes tuvimos que soportar que el Sr. Rosenshine leyese su discurso en una especie de traducción simultánea, de forma que, al finalizar cada párrafo, una traductora repetía sus palabras, en una traducción en ocasiones poco afortunada al catalán. Lo más grave de todo es que los asistentes al acto ya habíamos recibido a la entrada al acto un cuadríptico con el discurso traducido. ¿Era realmente necesario leer un texto que todos teníamos traducido en nuestras manos, cortando a su autor al finalizar cada uno de los párrafos?.

El resultado fue que, pese a que el Sr. Rosenshine utilizó un lenguaje muy accesible e, incluso, se esforzó por mantener la atención de los asistentes intercalando chistes “políticamente correctos”, resultaba casi imposible seguir el hilo de sus razonamientos; las conclusiones estaban demasiado alejadas ya de los planteamientos y la traducción se dejó más de algún matiz importante para comprender las palabras del padrino.

Esta continua ruptura del tempo del discurso, unida a una serie de problemas técnicos que provocaron hasta dos cambios de micrófono, hizo que el Sr. Rosenshine se viese, incluso, obligado a improvisar unos pasos de baile en el transcurso de su discurso para evitar que la atención del público se dispersase hacia otros focos menos académicos.

Una lástima, la verdad. Estos “defectillos” no restan a la Blanquerna ni un ápice de mi admiración y reconocimiento por su labor, aunque hay que reconocer que el acto no resultó ningún alarde de comunicación ni de organización ni de nuevas tecnologías, pese al planteamiento original. De todas formas, el mero placer de ver a mi hermano convertirse en periodista hubiese sido motivación suficiente para hacerme estar allí sentado dos semanas seguidas, escuchando canciones del Fary traducidas al neerlandés por un gangoso.

Para mi dietario quedan algunas reflexiones interesantes como que el incremento del flujo de información en el mundo no acaba con los totalitarismos, sino que los difunde (lo que, al parecer contradice una reflexión de Rupert Murdoch) y un chiste sobre una rana parlante que espero poder utilizar en mis charlas dentro de muuuchos años.

2 thoughts on “El micrófono de Allen Rosenshine

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  1. …………..De todas formas, el mero placer de ver a mi hermano convertirse en periodista hubiese sido motivación suficiente para hacerme estar allí sentado dos semanas seguidas, escuchando canciones del Fary traducidas al neerlandés por un gangoso……….Lo otro no importa, si ademas llevabas un resacón, tampoco te enterarias demasiado, no?Es que un hermano como Jorge, es un tesoro incalculable

  2. Buenas Luis, Saludos a Jorge de parte del Motos 😀 Nunca olbidare el baile que nos pegamos en la cena de graduacion jejeje!! Muy buen tio.Vaya bieeeeen!!!

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