¡Salta!

Cuando en 1981 el grupo Tequila lanzó el single ¡salta!, seguramente no se imaginó que llegaría un momento en que habría millones de personas en todo el mundo dispuestas a obedecerles… ¡al mismo tiempo!.
Desde el año pasado, existe un movimiento que presuntamente pretende colaborar en la atenuación del calentamiento global, intentando alejar la Tierra del Sol mediante la organización de un salto coordinado, en el que participan millones de personas en todo el mundo.

Según he podido leer en microsiervos, esta iniciativa, denominada World Jump Day, fue propiciada por Torsten Lauschmann, un artista alemán que actúa bajo la personalidad de “Profesor Hans Peter Niesward del Instituto para Física Gravitacional en Munich”. La idea del experimento es muy sencilla: se establece una fecha y una hora exacta (hoy a las 11:39:13 GMT) para que todo el mundo interesado en colaborar salte simultáneamente, con el objetivo de alejar la tierra un poco de su actual órbita y, así, reducir en un par de grados la temeratura de nuestro planeta.

Como idea romántica no está mal; sin embargo, ya existen decenas de foros, blogs e, incluso, libros que explican científicamente por qué este experimento es absolutamente inútil. El post de microsiervos recoge algunas de las más comunes, basadas fundamentalmente en la tercera ley de Newton (sí, ésa de la acción/reacción), por la que cualquier fuerza, por muy potente que fuese, provocaría que la Tierra realizase una fuerza en sentido contrario con la misma potencia. Todo ello, sin tener en cuanta cuestiones tan elementales como la fuerza de la gravedad o que si saltase gente de todo el mundo, las fuerzas contrarias se compensarían.

Imagino que este experimento se basa en la afirmación de Mao Tse-Tung, según la cual si todos los chinos diesen un paso al mismo tiempo, conseguirían que la tierra se moviese de su órbita. Desde luego lo de los pasos y los saltos adelante no lo tenía demasiado claro. Ya en su momento se llegó a la conclusión que la fuerza provocada por el salto simultáneo de ochocientos millones de personas supondría una potencia de alrededor de un 2% de la originada por una explosión atómica. También se ha estimado que, para conseguir el objetivo de reducir un par de grados la temperatura media, habría que separar la tierra del sol alrededor de trece millones de kilómetros, lo que parece demasiado para un saltito, por muy coordinado que esté.

Algunas cuestiones que se me ocurren al respecto son: ¿Qué pasaría si, en lugar de alejarnos del sol nos acercásemos más aún? ¿A quién habría que echar la culpa por la destrucción de nuestro planeta? ¿El seguro de responsabilidad civil del organizador de este jaleo se encargaría de hacer frente a todo el desaguisado?¿Nos salvaría Bruce Willis en una misión hipersecreta de la NASA?

En cualquier caso, no hay que preocuparse; para aquéllos que aún creen que el WJD puede provocar un cambio en la órbita de nuestro planeta ha surgido el contra world jump, que pretende volver a dejar la tierra donde estaba al principio, mediante un salto combinado, organizado doce horas después del World Jump. Los argumentos de este contra salto son casi tan buenos como los del salto original:

Playing with mother nature is very dangerous! Even if it works, it will be colder on Earth. Meaning more fuel will be burned, and thus more pollution problem. Cataclysmic changes are very possible and our lives could become endangered!


Me genera una gran envidia pensar que hay gente que dispone de tiempo suficiente como para perderlo en la organización de estos eventos o, lo que es casi peor, en calcular las razones científicas por las que resultan inútiles, pero cada uno hace con su tiempo lo que le da la gana, ¿no?.

Yo, al menos, salto cuando me da la gana…

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