La fórmula valenciana

Aprovechando que tenía una reunión en la Gran Vía Marqués del Turia y que el Pisuerga pasa por Valladolid, esta tarde he ido con Mauro, Marta, Jorge y Majo a ver la presentación del equipo McLaren en Valencia, Alonso y de la Rosa incluidos.

Es sorprendente la capacidad que tiene esta ciudad de transformarse en los grandes eventos; la ciudad de las artes y las ciencias es uno de los lugares más espectaculares del mundo por muchos motivos, pero esta noche ha ofrecido una imagen casi de otro planeta para acoger al equipo del campeón de los campeones y su séquito.

Pese a que el calendario de festejos no era demasido prolijo, el evento ha resultado entretenido. En primer lugar han aparecido los dos conductores oficiales de la escudería (Alonso y Hamilton) y los dos pilotos de pruebas (De la Rosa y Paffet) en unos Mercedes SL 500 descapotados, saludando y ya ataviados con los monos de la próxima temporada. A continuación han dado un par de vueltas conduciendo los coches con un poco más de garbo y, finalmente, han sacado el nuevo coche de competición, con el que han dado un par de vueltas al circuito urbano. Aplausos para Alonso, más aplausos aún para Pedro M. de la Rosa y un buen abucheo para Hamilton, que ocupa el asiento que todos queríamos para Martínez de la Rosa. En el vídeo, la primera vuelta de reconocimiento de Alonso con el nuevo coche de McLaren, en la rotonda del comienzo de la Avenida de Francia.

Personalmente no me voy a pronunciar acerca de la posibilidad o la conveniencia de que Valencia cuente con un circuito urbano -al estilo de Mónaco- dentro del circo de la F1. Este año acudí a Cheste al campeonato del mundo de motociclismo y me encantaría que también viniesen los coches, al circuito, a la ciudad o a dar vueltas a mi manzana. De esta última forma, además, me ahorraría la entrada.

Lo que resulta fascinante es comprobar cómo cambia nuestra percepción por el hecho de que un español consiga el título mundial en una disciplina deportiva, en este caso, la Fórmula Uno. Imagino que algunos miles de personas ya seguían el campeonato en nuestro país antes de la llegada de Alonso, pero si alguna de esas personas se hubiese perdido por el mundo durante los últimos dos años y, de repente, apareciese en Valencia y se encontrase con entre doscientas y trescientas mil personas en la calle concentradas sólo para ver la presentación de un equipo, no daría crédito a sus ojos.

Es difícil de comprender por qué de repente todos los españoles nos volcamos en la Fórmula 1, sólo porque un español sea el mejor en esa disciplina; pero el hecho es que es así, y ahora sigo con pasión unas carreras de las que hace unos años apenas conocía su existencia. Quizá sea sólo porque necesitamos referentes, líderes o ejemplos, o simplemente porque aprovechamos la mínima ocasión que se nos presenta para aborregarnos.

Por mi parte, le deseo toda la suerte del mundo a Alonso y espero que siga haciéndonos pasar momentos tan buenos como los que nos ha regalado durante los últimos dos años. Amunt Fernando!

Deja un comentario

Up ↑

%d