Sigo probando facebook

Hace ya cerca de dos semanas que empecé a probar facebook y no acabo de tener demasiado clara su utilidad. Durante este período he conseguido localizar a gente a la que tenía totalmente desubicada, como es el caso de Rubén, a quién yo hacía en Madrid, y que ahora está casado y en Nueva York, de Bente, que se vuelve a Noruega tras nueve años en Barcelona, o de Chapu, que está en Cádiz, nadando con chocos y haciendo de las suyas (qué película más cojonuda atún y chocolate).

Al margen del hecho de que facebook mantiene una comunidad ingente de seres de todo el planeta -más que otras comunidades, pero menos que otras-, no le acabo de encontrar la gracia. Al principio engancha, como cualquier otro punto de encuentro en el que te das de bruces con gente que tenías escondida en el baúl, pero toda la plétora de aplicaciones absurdas y de mensajes relacionados con ellas acaba hartando. Además, en mi caso, he reunido a gente de lugares muy distintos, que he conocido en diferentes momentos de mi vida y que seguramente están muy poco interesados en determinados mensajes que me envían otros amigos o conocidos.

Tal vez no esté utilizando bien facebook, o no tengo tiempo para exprimirlo a tope, pero el hecho es que me está dejando un poco frío. Y, sobre todo, una vez más no acabo de entender qué se pretende conseguir, porque si el modelo de negocio se basa en ofrecer publicidad, yo ya aviso de que me bajo porque con este blog, flickr (donde contraté una cuenta pro desde Hong Kong para dos años) y mi e-mail me sobra para mantenerme en contacto con mi gente.

Asimismo, siguiendo la estela de Enrique Dans, que recoge una entrada de Read/WriteWeb, no acabo de ver que la publicidad presuntamente contextual que puedan ofrecer llegue a resultar tan interesante: los google ads ya me aburren y son razonablemente poco intrusivos.

Si van a utilizar mi información privada para atiborrarme de publicidad contextualizada, vamos a tener un problema, y no sólo conmigo, sino porque empiezo a percibir un cambio en la posición hasta ahora pasiva de los usuarios frente a este tipo de acciones. Los modelos de negocio se agotan cada vez más rápido, y me parece que los que ven en la publicidad, más o menos adaptada, personalizada o contextualizada, el filón del futuro, creo que en realidad están mirando en la dirección equivocada. Aunque, claro, puedo equivocarme…

Deja un comentario

Up ↑

A %d blogueros les gusta esto: