Gracias a mis amigos de Rumbo, mi viaje a China ha empezado antes de lo que esperaba. El viernes me notificaron que habían cambiado mi reserva –sin preguntarme nada, por supuesto- y que en lugar de salir a las 16:30 tenía que coger el vuelo de las 07:05. Menos mal que ya había devuelto mi entrada para Cheste, porque si no, la jugada hubiese sido redonda.
No hay mal que por bien no venga y, aunque me ha tocado levantarme a las 04:45 y pasar seis horas interminables en el aeropuerto Charles de Gaulle de Paris, al menos llego a Shanghai prontito y con todo un día por delante para desembarazarme del jet lag y empezar a acostumbrarme al ciudad, la país, la cultura y, en fin, a tantas cosas que os iré desgranando estos días a través de mi blog.
Buenas y malas noticias: La buena es que mi amigo Borja me ha confirmado que estará en su casa de Guangzhou los días que voy a estar por allí y además el próximo fin de semana se acercará a verme a Hong Kong, así que voy a pasar el viaje en buena compañía. La mala noticia es que el hotspot wifi del aeropuerto Charles de Gaulle ha resultado ser de pago y no me apetecía demasiado gastarme 10 euros para actualizar mi twitter o enviar este post, así que me he dedicado a cargar las baterías de mi ordenador, del ipod, del móvil e incluso hasta la de la cámara de fotos; de paso, he aprovechado para rematar las presentaciones que tengo previstas para los próximos días. Por este motivo, este post llega directamente desde mi habitación del hotel en Shanghai.
A diferencia de otros viajes que he hecho en solitario hasta ahora, en éste no me he sentido solo en ningún momento; tanto en los aviones como en el aeropuerto me he encontrado con gente amable, con cosas interesantes que comentar e, incluso, he aprovechado para repartir unas cuantas tarjetas de e-contratos. En algunos momentos las conversaciones se volvían algo caóticas, porque me tocaba cambiar del inglés al francés y al castellano sin parar, pero este ejercicio mental me está viniendo bien para refrescar algunas sinapsis herrumbrosas que llevaban demasiado tiempo sin funcionar. Viajar solo tiene sus cosas buenas y malas; de momento, todas han sido bastante positivas.
Este viaje es importante para nosotros y va a resultar muy intenso, si quiero cumplir con la agenda prevista, así que no tendré demasiado tiempo para pasarme por aquí. Al menos espero poder colgar mis fotos en flickr y contar brevemente qué estoy haciendo en twitter. Nos vemos por aquí.
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