Aunque no he escuchado mucho de Gary Moore, Ballads & Blues 1982-1994 se encuentra entre los discos que más he escuchado en mi vida.
Una de mis canciones favoritas de este álbum, repleto de grandísimos himnos, es Parisienne Walkways, en el que la letra sobra de una forma tan evidente que en algunas versiones en directo no llega ni a cantar. La protagonista absoluta e indiscutible de esta canción es la guitarra o, mejor dicho, las manos virtuosas de Moore, que nos ofrecen uno de los bends más largos de la historia junto con solos interminables y preciosistas marca de la casa
En realidad esta canción no es más que una base rítmica con un sólo de cerca de cinco minutos interrumpido por dos cortas estrofas que apenas aportan al conjunto. Y siempre ha sido así. El hit se compuso para que fuese eso y nada más, una oportunidad de desplegar el virtuosismo y la capacidad de improvisación de Moore sin más limitaciones que la inspiración de cada momento. De hecho, si buscáis en youtube apenas encontraréis versiones de menos de siete u ocho minutos de duración,
Si os gusta la guitarra, disfrutaréis con este tema, tan excesivo y egocéntrico como brillante y sentimental. Y, por supuesto, espero que disfrutéis también de este domingo que al menos en Valencia ha aparecido frío y soleado.
Deja un comentario