Trasiego

Ésta está siendo una semana de trasiego. Entre presentaciones, viajes y traslados, llevo cuatro días trabajando de 08:00 a 02:00, quitando los ratos de la comida, el desayuno y la cena que, en varias ocasiones, me han encontrado pegado al monitor de mi ordenador.

Por suerte he podido encontrar huecos para no perderme los capítulos semanales de House M.D. y Psych, dos de mis series favoritas en la actualidad. Ya sé, el Dr. House está de moda y psych es bastante ridícula, pero constituyen un entretenimiento a la hora de dejar descansar a mi neurona, que tiene las dendritas agotadas de navegar sin rumbo por el espacio vacío de mi cráneo, buscando alguna compañera con la que hacer sinapsis. Vamos, como todo el mundo.

Algunas reflexiones para esta semana, antes de que acabe y me sienta fatal por haberos tenido descuidados durante demasiados días:

– La firma electrónica no es una firma ni es electrónica; y para darnos cuenta de esto hemos tenido que sufrir dos leyes, y las que vendrán.
– Los congresos, las jornadas y los seminarios son excusas para conseguir contactos; basta con leer el cargo del señor que te acaba de dar su tarjeta para comprobarlo.
– ARTE crece y crece y crece y aún no sé por qué.
– No importa qué escribas ni cómo lo escribas; casi siempre lo importante es quién te lee y cuánta gente le sigue.

Ok, siento esta confunciación (bonito palabro que me acaba de dictar mi neurona); debe haber sido causada por la inminente nevada que acecha a Alcoy, donde me encuentro hoy, y que está alterando los biorritmos de mi neurona. Hop, hop, salta bonita, hop…

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