En realidad, la dinà es un acto puramente festivo en el que se alternan actos relacionados con la fiesta, amenizados por nuestra banda de música, con otras actividades que nada tienen que ver, como el tradicional partido de fútbol o la guerra de agua. Resulta curioso observar la forma en la que cerca de cien personas de entre los 30 y los 80 años llegan a divertirse cuando les das un espacio libre y se encuentran en confianza; me reí como hacía tiempo que no lo hacía cuando sorprendí a un grupo preparando un cubo enorme lleno de cerveza para tirárselo al pesado que llevaba desde las 12 con una pistola de agua o al sorprender al portero de mi equipo, sentado en la silla que hacía de poste, con un puro en una mano, un whisky en la otra e increpando al equipo contrario, llamándoles nenazas porque no eran capaces de marcarle un gol.
Al volver a Alcoy, tras la comida pantagruélica de casi 10 horas que nos metimos entre pecho y espalda, me encontré con mis amigos de la tuna de peritos industriales de Alcoy, a los que no veía desde el Certamen que organizaron en noviembre del año pasado. Me hubiese gustado echarme unas coplas (con y sin ele) con ellos, pero sólo tengo un cuerpo y ya estaba bastante castigado, así que opté por retirarme discretamente.
En fin, un sábado divertido, intenso y perfecto para descargar la tensión de toda la vigésimo tercera semana del año de nuestro señor de 2007; veremos qué nos depara la vigésimo cuarta semana.
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