Probando Bubok

Por fin he probado Bubok. No recuerdo bien cómo conocí esta iniciativa de Ángel María, pero el hecho es que me atrajo la idea de negocio, y la posibilidad de publicar fácilmente las cosas que suelo escribir, a través de Internet y en unos pocos minutos.
Lo primero que me llamó la atención fue el vídeo de Vázquez Figueroa, directamente en la home y explicando de qué va todo este de Bubok. Diez puntos, colega.

Para mí, que he escrito bastante y no he publicado nada, ni siquiera los relatos que me han premiado, suponía una forma bastante atractiva -y, sobre todo, rápida, algo que agradezco especialmente en estos momentos de trasiego- de calmar mi maltrecho ego de escritor frustrado.

La experiencia ha resultado bastante gratificante: una interfaz sencilla y unas cuantas opciones comerciales bastante interesantes, desde puntos de lectura hasta postales o la posibilidad de editar el libro físicamente, ofrecen suficientes alicientes para que cualquiera vea saciada su sed de ver su obra publicada.

Hace tiempo pensé en publicar el relato a través de google docs, colgando el .doc del relato gracias a las opciones de publicación de la suite. Por descontado que esta solución no tiene nada que ver con Bubok y, de hecho, acabé por no hacerlo porque me parecía cutre para la -escasa- altura de mi obra. 🙂 Sin embargo, me he sentido bastante bien utilizando Bubok; tengo la sensación de que han conseguido captar con bastante precisión lo que buscamos sus potenciales usuarios, si es que me encuentro entre ese grupo.

El resultado, mi primera obra publicada como e-book a través de Internet: Mil ochocientos cuarenta y cuatro, el primer relato breve que escribí allá por 2005 y con el que conseguí el premio al mejor relato corto del área de juventud de la Diputación de Alicante. No es un gran premio, pero en su día me hizo mucha ilusión conseguirlo. Al tratarse de un relato corto, de 31 páginas, he puesto un precio más que razonable, 6,5 €, cantidad que, en caso de que alguien se decida a comprarlo, compartiré gustosamente con Bubok.

En realidad, nunca he creído demasiado en esto de los e-books, aunque empecé a bajarme del burro cuando Martí Manent me contó todo lo que vendía a través de derecho.com. También Amazon se ha apuntado al carro con Kindle, así que, quizá, es cierto que el futuro pasa por aquí.

Con un poco de suerte y tiempo, Bubok se convertirá en una empresa long-tailed, con un buen repertorio de obras de distintos géneros, en un modelo que ya se ha aplicado en el ámbito de la música e, incluso, del cine. Durante las próximas semanas publicaré otras obras que he escrito hasta ahora, no con el ánimo de ganar dinero, ni siquiera de que alguien se decida a comprarlas, sino simplemente por el gusto de ver que están disponibles a través de un canal al que le deseo la mejor de las suertes y todo el éxito del mundo.

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