Esta mañana he asistido en Valencia al desayuno que Anetcom y Fundetec organizan todos los meses sobre temas relacionados con tecnologías de la información. Este mes le tocaba el turno a Sebastián Muriel, de red.es.
En el transcurso del desayuno se ha suscitado una cuestión, a partir de la pregunta de unos de los asistentes, que me ha resultado muy interesante: Internet NO es gratis. El tema no hacía referencia a los costes asociados a la conexión, sino a los servicios que las empresas prestan a través de la red.
Existen dos factores que influyen en la percepción de que internet es un espacio gratuito, donde podemos conseguir casi cualquier cosa sin pagar: la proliferación de modelos de negocios basados en la monetización del tráfico a través de la publicidad y de ayudas estatales para crear páginas webs, comprar equipos, contratar conexiones, etc.
En el primer caso, todo apunta a que los modelo de negocio basados en ingresos publicitarios empiezan a decaer, salvo honrosísimas excepciones, en especial aquellos que mueren antes de obtener un tráfico o una comunidad realmente relevante. Cada vez es más importante elaborar distintas estrategias de monetización de estas iniciativas, que suelen tender a modelos de suscripción premium, ofreciendo un valor añadido que en muchos casos resulta, al menos, discutible. Será interesante ver la evolución de estos proyectos.
En el segundo caso, el de las ayudas públicas, hemos comentado que existe una fuerte caída de demanda o repetición, una vez que ha finalizado el período de gracia, lo que supone que una parte muy importante de ese esfuerzo resulta inútil. A cambio, muchos de los “iniciados” no sólo repiten, sino que aprenden la utilidad de la tecnología aplicada a su negocio y contratan nuevos productos y servicios.
Creo que es necesario educar a los consumidores antes de regalar tecnología, a fin de que aprecien el valor real que puede aportar a sus organizaciones. Es importante para evitar que la burbuja vuelva a hincharse, un riesgo del que pocos hablamos pero casi todos tenemos muy en cuenta.
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