Siempre es lo mismo. Hasta ahora apenas había tenido ocasiones de acudir a la ópera y siempre en escenarios menores. Y de repente, este año me he encontrado con dos grandísimas representaciones de óperas enormes, por su calidad y puesta en escena, en dos de los mejores escenarios del planeta: Turandot en el Reina Sofía de Valencia y Fidelio en el Staatsopera de Viena, donde me encuentro en estos momentos (en Viena, no en la ópera 😉
Ya que hace un par de semanas hablé de Turandot en esta sección, ahora le llega el turno a la única ópera compuesta por Ludvig Van ;): Fidelio, uno de los cantos a la libertad más universales. Para la ocasión, he seleccionado una representación celebrada en el Reina Sofía, ya sabéis, por acabar de atar los trágicos lazos de mi fatum impenitente… 😉
Os dejo con Leonore/Fidelio (en este caso creo que esta afirmación no es un spoiler 🙂 desde la capital austríaca, que nos ha acogido con los brazos abiertos, y os deseo un grandísimo domingo.
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