Canción del domingo: Lucy in the Sky with Diamonds (The Beatles)

LSD

Segundo domingo de septiembre y ya casi podemos decir que el verano ha pasado a la historia. El calor no acaba de irse, incluso a ragos se hace notar de forma más que notable, pero no nos engaña: todos sabemos que no va a quedarse mucho más tiempo.

Los estertores del verano siempre provocan alteraciones en la fuerza, y cuando los midiclorianos se cabrean, acaban dejándonos un tiempo desapacible: no van a ser ellos los únicos perjudicados por un verano moribundo. Sea, pues. Acojamos el penúltimo domingo del verano 2009 con apacible serenidad y buen ánimo para afrontar un otoño que promete ser intenso.

Mientras acabo de cerrar las reuniones y los últimos detalles de mi viaje a San Francisco de la próxima semana, he oído que los Beatles -el grupo favorito de Gemmurrín y prácticamente de todo el subconsciente colectivo occidental, con excepción de David Zaragoza y de un señor que vive en una cabaña al este de Richmond y que nunca ha escuchado la radio- vuelven a estar en boga gracias a la remasterización de sus LPs y la próxima publicación de algunas de las rarezas que aún no han salido a la luz.

Yo, que me considero un auténtico fan devorador de los Beatles, no necesito novedades, más allá de lo que podría considerarse el trabajo de campo para entender mejor el fenómeno mediático. Es muy probable que las caras B, las canciones incompletas y el resto de morralla que saldrá a la luz durante los próximos años no sea mejor que lo que ya tenemos disponible en la actualidad.

Los Beatles fueron el máximo exponente de un tiempo y de una cultura, como bien muestra la canción del domingo 13 de septiembre de 2009: Lucy in the Sky with Diamonds (Sgt. Peppers lonely hearts’ club band, 1967). Muchos dicen que se trataba de un himno al LSD, a las imágenes y las sensaciones provocadas por su consumo, y que de ahí vienen el estribillo y su título. Otros dicen que esta extrañísima canción no guarda relación con este estupefaciente. Los otros se equivocan.

Sólo hace falta ver este vídeo -que no es tal, sino un fragmento de Yellow Submarine, la delirante película, por llamarle de alguna forma, en la que participaron en 1968- para darse cuenta de que los efectos psicodélicos actúan como un simulador onírico-sensorial, más que como un simple recurso estético.

Follow her down to a bridge by a fountain
Where rocking horse people eat marshmellow pies,
Everyone smiles as you drift past the flowers,
That grow so incredibly high.

Los Beatles son un grupo único, el mejor exponente de una época que ya pasó. Su música y su estética influyeron de forma decisiva en toda una generación que, tras revolucionar la cultura, el arte y la sociedad, acabó diluyéndose, mansamente, en el lentofluir de la historia.

Os dejo con Lucy, con los Beatles y con este domingo, del que aún nos queda un buen fragmento por disfrutar.

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