Ayer pasé buena parte del día en Mountain View, donde han decidido establecerse algunas de las principales empresas de la industria de internet. Mi objetivo era conocer las instalaciones principales de Google en compañía de Erin Jones, la asistente de Bernardo Hernánez, pero decidí aprovechar para darme un paseo por la zona.
Si no supieses que en Mountain View existe el mayor procentaje de sedes de grandes empresas con éxito de internet del planeta y no conocieses los nombres o logos de muchas de ellas -algo que, si lees este blog, sinceramente dudo- posiblemente no lo adivinarías en un simple paseo por la zona. Las fachadas de las sedes de la mayor parte de las empresas resultan inocuas, hasta el punto de que si eliminasen los rótulos no podrías adivinar si se trata de una importadora de calzado chino, una comercial de frutas o una empresa de internet.
En gran parte, esto es así debido a que en muchos casos, como el de Google, las empresas no han tenido tiempo de diseñar un campus propio, o de construir sus edificios, sino que se han visto obligados a alojarse en edificios que pertenecían a otras compañías, para acelerar la implantación y la expansión. Una vez más se trata de una cuestión de focus: un edificio es algo absolutamente secundario para una empresa de internet, casi una commodity. La customización viene de dentro afuera.
En el interior del campus, las cosas son distintas; en apenas 10 minutos pude ver algunas de las instalaciones más conocidas de Google: el plan para conquistar el mundo, la pista de Volley playa, la piscina sin fin, los futbolines y máquinas recreativas, el comedor general y algunas otras cosas sobre las que me pidieron amablemente que, por el momento, no escribiera nada. Me sorprendió encontrar muchos niños junto a sus madres a la hora de la comida, y a gente paseando con su perro, que durante el resto del día descansa bajo su mesa.
Desde luego, Google no es una compañía cualquiera, y se toma muchos esfuerzos en demostrarlo; este halo cool-geek forma parte de su identidad corporativa, y pardiez que consigue generar buenas sensaciones, pese a que sé de buena tinta que la gente trabaja a destajo. Tal vez esta sea la forma óptima para atraer el talento necesario para desarrollar algunos de los servicios y aplicaciones más rotundos de la (breve) historia de internet.
Tras una conversación muy interesante, de aprender un poco más sobre Google y de visitar el campus, volví a San Francisco en el Caltrain, que recorre Sillicon Valley de arriba a abajo. Ya he cogido el Caltrain unas cuantas veces, y opino que es un medio bastante denostado de transporte en la zona. Se trata de un tren metalizado de dos alturas que circula a una velocidad ciertamente lenta y realiza muchas paradas, pero permite conectar muchos de los grandes nodos de la región entre sí, como Palo Alto, Stanford, Santa Clara, Mountain View, San José y la propia San Francisco. Además tiene mesas, enchufes y un buen parking de bicicletas en la estación, así que todo está pensado para que puedas vivir en una ciudad distinta a la que trabajas, aprovechando el viaje.
Una vez en San Francisco, volví a salir para dar un paseo por el centro y por la noche pude disfrutar de una cena divertida y muy instructiva en compañía de Gem y de José Mateos, uno de esos españoles de gran talento que han decidido establecerse en San Francisco. Me encantó compartir experiencias y anécdotas con él, y espero poder hablar pronto de su último proyecto, en el que le deseo todo el éxito del mundo.
Como veis, un día interesante, agotador como el resto, pero muy bien aprovechado. Hoy, viernes, es mi último día de reuniones en la zona, porque voy a aprovechar el fin de semana para salir de la ciudad y conocer otras zonas, así que pronto, más y mejor.
Una curiosidad más: en Google había posters de la película War Games, que va a celebrar su aniversario próximamente con una proyección y repartiendo merchandising y copias en DVD a los trabajadores. Esto por si alguien dudaba del carácter geek de Google. 🙂
Hola: Quería saber cómo es la vida en Mountain View, es buen lugar para vivir?
Mil gracias!