Canción del domingo: bizarre love triangle

bizarre love triangle

Cuarto domingo del segundo mes del séptimo año de la segunda década del siglo XXI. 28 de febrero de 2016. Y mañana no es uno de marzo, no señores. 2016 es un año bisiesto, lo que significa, entre otras cosas, que tenemos olimpiadas y que febrero dura 29 días, ahí es nada.

Si tenéis un reloj mecánico de calendario perpetuo, seguramente ya sabéis dos cosas: que habéis pagado por una rueda dentada que sólo gira una vez cada cuatro años y que, de todas formas, si llegáis a 2.100 -en cuyo caso dudo que estéis leyendo esto HOY-, entonces tendréis que ajustarlo manualmente porque ese año tendría que ser bisiesto, pero no lo va a ser. De todas formas, me resisto a pensar que dentro de 84 años seguiremos metidos en estos rollos de años bisiestos, husos horarios y cambios de hora dos veces al año.

En fin, vamos al lío.

Esta semana he pasado unos días en Barcelona asistiendo al Mobile World Congress y a su hermano pequeño -en realidad cada vez menos pequeño-, Four years from now.

Una vez más, hemos hecho el ridículo con las huelgas del transporte público -ya van unas cuantas coincidiendo con el MWC- y lo mejor del evento han sido las noches, que forman parte de la agenda oficial por méritos propios. Las fiestas privadas del MWC se caracterizan, no tanto por locas o excesivas -que algunas lo son-, sino por ofrecerte una posibilidad única para conocer mejor a gente que hace cosas más o menos parecidas a las tuyas.

Yo estuve en Barcelona desde el martes hasta el jueves y llegué a casa como si me hubiese pasado por encima una manada de ñus; a los que habéis pasado así toda la semana no hay que felicitaros, sino pagaros una semana en un balneario.

Reflexionando sobre cómo evoluciona la tecnología -y las personas que la utilizamos- he recordado este anuncio de Volkswagen de 2004 en el que se presentaba cómo había cambiado la gama del VW Golf durante 16 años. Probablemente lo recordaréis no tanto por el mensaje sino por la canción: bizarre love triangle. Por eso, y por otros motivos, ésta es la canción del domingo 28 de diciembre de 2016:

There’s no use in telling me

‘the wisdom of a fool won’t set you free’

but that’s the way that it goes and it’s what nobody knows

and everyday my confusion grows

Every time I see you falling I lay down on my knees and pray

waiting for that final moment when you say the words that I can’t say

Bizarre love triangle os puede sonar por varios motivos que no tienen demasiada relación entre ellos:

– primero, y principal, por el anuncio de Volkswagen, en el que Jewel interpretaba esta versión de los australianos Frente!;

– por ser uno de esos temas que consiguen más éxito con sus versiones posteriores que con la grabación original de 1986, un temazo macarra de New Order -sucesores de Joy Division- que muchos amantes de la música electrónica de los 80 recordaréis, o no, dependiendo de cuánta mierda os metierais en el cuerpo en aquella época;

– porque Rolling Stone la colocó en 2011 en el puesto 204 de su lista de grandes canciones de todos los tiempos, seguramente porque el editor pasó demasiado tiempo en los 80;

– por inspirar el nombre de un grupo gallego con títulos de discos y canciones grandilocuentes que explotó -en el buen sentido- hace un par de años: Triángulo de amor bizarro. Quien dice inspiración, dice traducción literal, vamos.

Esta canción me evoca muchas cosas buenas, desde mi primer coche -un VW Golf GTI del 95 que paseé por toda España, literalmente- hasta las miles de veces que he repetido esta transición de acordes y, por supuesto, desde hoy también el MWC de 2016,  así que, por una vez y a diferencia de las últimas ediciones, la canción del domingo no va a ser un espacio para el incendio, sino un instrumento que pongo a vuestros pies para que acabéis la semana recordando buenos momentos. Que acabéis de pasar un feliz domingo.

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