Recuperando espacios

Este fin de semana tuve la ocasión de dar un paseo por la nueva zona urbanizada del río de Alcoy. En este contexto, urbanizada no significa edificada, sino acondicionada, es decir, que el cauce del río Riquer ha sufrido un proceso de recuperación muy importante, que alcanza desde las orillas del río hasta dos de las torres defensivas de la parte antigua de la ciudad y algunos lienzos de la muralla.

Tradicionalmente, Alcoy ha sido conocida como “la ciudad de los puentes” y no por falta de méritos. Por su especial ubicación, la antigua villa tuvo que salvar el cauce del Río Riquer para crecer hacia los nuevos barrios del Ensanche, Zona Norte, Santa Rosa, Batoy, etc., lo que provocó la proliferación de puentes que configuran la actual composición de la ciudad. En esta imagen se observa, precisamente, uno de los arcos del Puente de San Jorge, uno de los pilares del crecimiento de la ciudad antigua, visto desde el río, con una perspectiva de la recientemente reconstruida torre Na Valora, que formaba parte de la línea defensiva de la antigua muralla de la ciudad.

En el paseo del domingo pude comprobar también el frenético desarrollo de las obras que están cambiando para siempre la configuración del centro histórico de Alcoy, aunque me queda la sensación de que, en lugar de recuperarlo, simplemente se está sustituyendo por otro centro distinto, más bonito y mejor acondicionado, pero al cabo distinto al que yo he conocido, en el que vivieron mis abuelos y los padres de mis abuelos. El estado de muchos de los antiguos edificios no ha permitido su conservación -aunque la mayoría de ellos no tenía un valor especial- y, uno tras otro, han ido desapareciendo bajo el empuje de las lluvias, la nieve o las excavadoras.

Me gusta el proyecto de conservación/recuperación/sustitución del centro y me parece un acierto llevar allí los Juzgados de Primera Instancia e instrucción, porque permitirá revitalizar la zona entre semana y no sólo los sábados y domingos, cuando la gente acude al Casal de Sant Jordi (Museo de la Fiesta) o al Museo Arqueológico. Me gusta el proyecto aunque me hubiese gustado conservar el sabor de algunas partes del casco antiguo, porque soy consciente de que si no se hubiesen acometido estas obras, muchas de las construcciones que hoy ya no existen también se habrían venido abajo.

La industrialización de Alcoy trajo esos edificios mal diseñados y peor construidos, repletos de familias; espero que el empuje urbanístico no nos deje un bonito centro vacío de personas.

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