Bien visto, cualquier Fiesta es, al fin y al cabo, un acto social que nos permite reecontrarnos con gente a la que durante el resto del año apenas tenemos ocasión de saludar o con las que compartir unas breves frases de cortesía. Este fenómeno se agrava cuando uno vive fuera, como ha sido y vuelve a ser mi caso. Pero las Fiestas de Moros y Cristianos son mucho más que eso.
De hecho, son unas Fiestas tan magníficas que incluso traen loco al Instituto Nacional de Meteorología, en cuya página web las probabilidades de lluvia para un día determinado oscilan, dependiendo de la fecha en la que las consultes, entre el 40 y el 95%. Hombre, pues no es lo mismo.
Mi predicción para las próximas jornadas es que voy a apagar el móvil e intentar disfrutar de unos días que llevo un año entero preparando y esperando. Quizá llueva, quizá granice o incluso, como diría aquél, caigan bandurrias de chuzo (¿¿??), pero eso no va a evitar que aproveche mis últimas fiestas antes de los treinta!!
Si alguien se acerca por aquí, que avise, seguro que hay motivo para celebrar algo.
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