Si en mi anterior post hablaba de cansancio, en este debería hablar de agotamiento. Sin embargo, no es éste el único vínculo que persiste, transcurridos ya unos días desde el final de las fiestas de moros y cristianos, con respecto al estado de ánimo al que me refería entonces. Y es que, si entonces hablaba de satisfacción, éste ha mudado ahora a un estado de semi euforia incontenida e incontenible.
He pasado el fin de semana en Tenerife, entre Santa Cruz y el Puerto de la Cruz, acompañando a mi buen amigo Paco Miranda (Sissí) a su boda con Lourdes, una niña encantadora que me alegro de conocer y aún más de que sea la mujer de mi amigo.
Esta boda ha precipitado una auténtica avalancha de recuerdos y nuevas sensaciones que desde ahora ya forman parte inseparable de mi registro interno, gracias no sólo al esfuerzo titánico de Sissí por hacernos sentir como en casa, sino también por el reencuentro con mis casi viejos amigos de tuna, con los que tantas andanzas he compartido y a los que cada vez echo más de menos.
El fin de semana ha resultado perfecto como terapia anti stress y como repaso de mis habilidades tunísticas –no sólo las musicales- que se encontraban oxidadas en el fondo del cajón y que ahora guardo bien engrasadas en el maletín para volver a usar dentro de diez días en Santander.
Los años pasan y eso se nota en las tripas incipientes, alguna que otra calva y las cajas de anagastra, a quién rendimos cumplida pleitesía tres veces al día, mirando a la Meca, si es que en tal dirección se halla la barra.
Resulta difícil narrar en unas pocas líneas lo que han sido cuatro días de emociones y actuaciones memorables, y no podría hacerlo sin una sonrisa permanente en la boca. Únicamente me gustaría destacar la naturalidad con la que hemos conseguido integrar a nuestras parejas en de nuestro grupo tradicionalmente hermético de machos ejercientes y la extraordinaria organización y exquisito trato de Paco, tan propios de él, pero que no por esperados resultan menos de agradecer.
Como muestra de lo que ha sido este fin de semana, he colgado en mi rincón de flickr (aquí) algunas de las 205 fotografías con las que me he encontrado esta mañana en mi cámara y los dos vídeos (aquí y aquí) de la gran actuación del dúo erótico-humorístico Kueskos & Pinocho en el Hall del Hotel Bonanza Palace en el Puerto de la Cruz, grabado el domingo 29 a las 02:00 a.m. aprox. (Nota: el vídeo trata sobre el descubrimiento de la Kueskos and Pinocho Pleasure Machine por parte de dos jubilados alemanes, que curiosamente hablan entre ellos en inglés –el primero- y dos turistas inglesas –el segundo-).
Me (nos) queda el consuelo de que el próximo día 11 de mayo tenemos una nueva cita en Santander (sic) con motivo de la boda del viejo Mouch, ilustre fundador y elemento aglutinante del núcleo duro, a quien me resulta casi imposible imaginar casado, aunque sea con Carolina, con quién aparece en esta foto, todo un fichaje ganador. Pinta bien la semana que viene, sí señor.
En el ínterin, este sábado se me casa mi amigo y socio Jordi que, pese a no pertenecer a mi tuna, en realidad casi pertenece a mi propia familia, por lo que no es necesario que abunde en el estado de ánimo que me embarga estos días.
Cuatro bodas en cuatro semanas, y más de cinco mil kilómetros de coche, avión y autobús en total para estar presente en todas ellas. Son cifras grandes, pero no excesivas para tan magnos eventos.
Cuatro bodas en cuatro semanas, y unas cuantas más por venir durante los próximos meses. Son muchas, no demasiadas, pero a ver si nos tranquilizamos un poco, que parece que lo vayan a prohibir!!
Nota: Prueba de agudeza visual. ¿A alquien le suena la gorra de la caricatura?
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