Acabo de llegar a Valencia tras tres días maravillosos en Alcoy en los que hemos celebrado, un año más, las Fiestas de Moros y Cristianos. Este año, además, mi filà, los Vascos, cumplíamos cien años. Es casi imposible relatar todo lo que he visto y sentido durante esta semana, por eso me he limitado a dejar parte del testimonio gráfico de las fiestas en mi pequeño espacio de flickr y he empezado a organizar mis notas para preparar la crónica anual de mi filà. Cuando la tenga lista, y tras leerla en la Junta de Mayo, la traeré por aquí.
Uno de los grandes miedos de este año era el efecto que podía tener la crisis en la Fiesta, tras el pánico generalizado que ha precedido todos los preparativos. Sin embargo, nadie hubiese dicho que éste no ha sido un grandísimo año. Cerca de 20.000 personas participaron en las dos entradas, el capitán moro bajó acompañado de más de mil músicos, ayer se disparó más de 3600 kilos de pólvora (de los cuales algo más de tres salieron de mi trabuco 🙂 son números imposibles para unas Fiestas grandiosas, excesivas y simplemente inigualables. Camellos, elefantes, centenares de caballos… todo vale para recordar de dónde venimos y reafirmar la identidad de un pueblo que, aunque sólo sea durante unos días, sabe disfrutar de sus tradiciones.
Tras el fragor de la batalla, me queda un fin de semana por delante para recuperarme y retomar todos los temas pendientes de cara a una semana importante e intensa. Atrás quedan ya el confetti, la música, los trajes suntuosos, el café licor y los buenos amigos que sólo tengo oportunidad de ver de año en año, cuando la primavera comienza a efervescer y Alcoy se viste con sus mejores galas para honrar a su patrón.
Pronto, dentro de unos meses, volverá la fiesta y allí estaremos de nuevo, celebrando el renacimiento de la ilusión pese a la crisis, pese a todo. Probablemente muchas cosan serán distintas entonces, pero en eso radica su grandeza, en la capacidad de reinvertarse y sorprendernos año tras año, de llenar nuestra retina de nuevas imágenes que difícilmente seremos capaces de olvidar y de avasallarnos con sensaciones intensísimas, de esas por las que vale la pena estar vivos y que todos deberíamos sentir al menos una vez.
¿Cien años? No son nada para lo que falta por llegar… 😉
yo tambien estuve en alcoy en fiestas soy asturiana pero mi familia es alcoyana y de la filá vascos allí estuve ah y entre mis apellidos esta el gosalbez me gusta tu pagina sigue así
Gracias Macu 😉 Tal vez te guste también visitar la web de la filà: http://alcoy.upv.es/Vascos/. Un saludo!
Todos los años voy a Alcoy para ver las fiestas de Moros y Cristianos soy de Valencia y no me canso de ver las fiestas de Moros y Cristianos,Viajo en tren que es la pera ver todos
los pueblos y los paisajes del recorrido,viva las fiestas de Moros y Cristianos y Alcoy.
Interesante Blog. Yo tambien soy de Alcoy y tengo relacion con tu familia. Sigue asi.