Último domingo de octubre. Ya hemos llegado. Tenemos más de medio otoño consumido y por fin parece que empieza a desaparecer el verano, en especial en la ciudad en la que estoy pasando el fin de semana en compañía de un buen puñado de amigos: Santander.
Por unos u otros motivos, éste ha sido un fin de semana festivo. En Alcoy se conmemora el Mig Any, es decir, que falta exactamente medio año para las fiestas de moros y cristianos. Un año más me lo he perdido, pero seguro que habrá sido tan divertido, intenso y agotador como siempre. En Santander me he reunido con amigos venidos de las cuatro esquinas de la piel de toro para celebrar el cumpleaños de Cárol y sé de buena tinta que en Valencia no han estado perdiendo precisamente el tiempo, entre conciertos y escapadas nocturnas.
Mañana, lunes 26, será un gran día por muchos motivos. Ha llegado el momento de tomar decisiones, así que tocará ponerse la gorra de pensar, atar los machos y arrear. Pero hoy no, hoy es domingo y sigue siendo un día festivo.
Qué cojones, también hay que disfrutar, total la vida son cuatro días, y siempre habrá tiempo para hablar de tasas de conversión, CPM sí o no, megas y tasas de transferencia. Por eso, la canción del domingo 25 de octubre de 2009 es Sing it back, de Moloko.
I have succumbed to this passive sensation
Peacefully falling away
I am the zombie your wish will command me
Laugh as I fall to my knees
Seguro que si a cualquiera de los que rondáis por arriba o por abajo la treintena os pregunto con qué asociáis Sing it Back, me responderéis lo mismo: una buena juerga. La canción apareció en el album “I’m not a doctor” en 1998 (OMG, hace más de 11 años) y enseguida arrasó en cualquier pista de baile, de las que yo suelo huir como de la peste. Sinceramente me sorprende que esta canción se haya convertido en un clásico de mis recopilatorios, pero supongo que es debido a que el paso de los años la ha tratado bastante bien.
Para la ocasión he elegido una versión en directo relativamente reciente y algo más madura; dicho esto sin perjuicio de la traca final, cuando Roisin Murphy se encajona dentro del órgano y sigue cantando mientras mueve las piernas entre estertores. Lo dicho, es una canción desenfadada, sin pretensiones, que a buen seguro te traerá recuerdos de todo tipo. Con ellos te dejo hasta la próxima semana, no sin antes desear que acabes de pasar un feliz domingo.
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