Cuidado con el ruido

too much

Al principio fueron los blogs (este efecto queda bastante deslucido sin una buena voz en off). Luego llegaron las redes sociales abanderadas por facebook. Más tarde vino Twitter y por fin empezamos a postear como locos (se acaban de alcanzar los 5.000 millones de tweets).

Entonces nos dimos cuenta de que si lo juntábamos todo podíamos sacar más provecho a nuestro esfuerzo y empezamos a agregar los contenidos de cada aplicación al resto de canales. Así, aparecieron plugins y bots que nos permitían publicar nuestros tweets en facebook, primero a través de Friendfeed y más tarde directamente. También podíamos incluirlos en nuestros blogs y hacer el camino inverso: notificar en twitter la publicación de un nuevo post, que también se publicaría automágicamente en facebook.

Y esto es sólo el principio.

Desde mucho antes de la explosión de la burbuja ha existido una obsesión por explotar al máximo los contenidos. Es normal, generar un contenido supone un gasto (copy + maquetación) así que, si puedo utilizarlo en tres o doscientos soportes distintos, mucho mejor.

Las nuevas plataformas incrementan nuestra productividad a la hora de generar contenidos personales, actualizaciones y posts de todo tipo, lo que provoca que los contenidos acaben por saturarnos; seguro que si eres un usuario ávido de twitter, alguien te ha pedido que dejes de publicar tus tweets en facebook porque saturas su muro, o has sido objeto de comentarios jocosos por parte de contactos que ni siquieran saben qué eso de twitter ni para qué sirve.

Por este motivo, la tendencia ha vuelto a la disgregación de información en entornos personales. La compra de Friendfeed (uno de los primeros agregadores de información social) por Facebook supuso un impulso momentáneo, pero la sensación actual es que la gente ha dejado de utilizarlo. La publicación automática de tweets en facebook ha pasado a mejor vida, y ahora prolifera el uso de herramientas como Twitter Selective Status, con las que podemos elegir qué tweets se publican en nuestro perfil en facebook. Incluso parece que nadie utiliza ya ese molestísimo plugin que generaba un tweet cada vez que alguien publicaba un post en su blog.

El uso de cualquier tecnología exige una fase de aprendizaje; sin embargo, estas mismas tecnologías son las que nos están permitiendo que el proceso sea mucho más rápido, ya que nos permiten compartir las experiencias (buenas y malas) de uso, algo que resulta crítico al tratarse de herramientas bastante recientes.

Es necesario generar ruido para conseguir posicionamiento y reconocimiento, pero cuidado con las distorsiones que genera tu ruido porque podría convertirte en el spammer más popular de las listas negras. 🙂

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