Canción del domingo: Fiesta (Serrat)

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Cuarto domingo de la segunda década del sexto mes del siglo XXI. 27 de junio de 2010. Ya estamos en verano, y no sólo porque hace más calor, sino, sobre todo, porque, pasada la noche de San Juan, y con ella el primer solsticio del año, el cambio de estación ha hecho que el verano llegue a nuestras vidas para quedarse durante unos meses. Ya era hora, pardiez.

La de San Juan siempre es una noche especial, aunque lo es más o menos dependiendo de dónde te encuentres, algo que no cuadra demasiado bien con su carácter objetivo y astronómico. Si estás en Alicante, en Barcelona o en cualquiera de los pueblos que lindan con el mediterráneo, pensarás que se acaba el mundo. Rituales, fuegos artificiales, hogueras, casi de todo. Este año, por desgracia, una panda se lanzó a las vías del tren para adelantar a la muchedumbre que se apelotonaba en el paso inferior y 12 de ellos murieron arrollados por el tren. Es una tragedia, muy difícil de evitar debido a que nace de una grandísima irresponsabilidad por parte de las víctimas, pero que puso la nota oscura a una noche luminosa y alegre.

El verano suene traer aparejada una energía positiva, fruto del aumento y la intensidad de horas de sol y de la cercanía de las vacaciones, que este año me van a encontrar, una vez más, trabajando. Eso sí, durante el mes de agosto me tomaré las cosas con un poco más de calma de lo normal.

La primera decisión que he adoptado para no morir en el intento ha sido, precisamente, tomar las cosas con calma y volver a priorizar; ya sabes, todo el rollo de los temas urgentes, importantes y demás. Me temo que uno de los principales perjudicados va a ser este blog; la semana pasada fue la primera en casi dos años que no escribí la canción del domingo, en parte por falta de tiempo y en mayor parte por falta de ganas. Una vez que lo haces, que rompes la tradición o las normas autoimpuestas de conducta, es más fácil volver a hacerlo, y si no que se lo digan a los gimnasios, cuyo modelo de negocio consiste, principalmente, en seguir cobrando a los que no lo utilizan y cobrar cada vez más a los que sí que hacen uso de sus instalaciones.

Septiembre va a ser un mes muy importante, para el que tengo reservada la ejecución de varias decisiones muy importantes, así que los meses de julio y agosto toca trabajar como la hormiga, sin prisa pero sin pausa. Hay demasiado que hacer para coger vacaciones, pero no tanto como para no disfrutar de alguna que otra fiesta. Por eso, y porque acabamos de cerrar la noche de San Juan, la canción del domingo es Fiesta, de Joan Manel Serrat.

Apurad, que allí os espero si queréis venir,
pues cae la noche y ya se van nuestras miserias a dormir.
Vamos subiendo la cuesta,
que arriba mi calle se vistió de fiesta.

Ésta es la segunda canción interpretada por Serrat que aterriza en la canción del domingo, tras las nanas de la cebolla (28/02/10). Para la ocasión también he elegido un vídeo con historia, de uno de aquellos míticos conciertos en el parque atracciones de Madrid a finales de los setenta; me gusta ver a un Serrat, ya no tan joven, pero todavía melenudo y reivinticativo, que cambia “abrazando” por “magreando” a una muchacha y convierte a la pobre y a la rica, por igual, en zorras, entre las risas del principio y la aprobación de una multitud enfervorecida.

No hace falta que manifieste, una vez más, mi devoción por el noi de Poble Sec, uno de los pocos artistas de verdad, en el mejor sentido de la palabra, que ha dado nuestra música. Fiesta tenía que ser la canción del domingo, no sólo de éste, sino de muchos otros, al menos mientras dure esta sección.

Seguro que muchos hoy pasaréis el día en remojo, como las chufas, en cualquier playa, piscina o bañera. Yo estoy deseando acabar este post para hacer lo propio, así que, sin más, os dejo con Serrat, no sin antes desearos un feliz domingo de Fiesta.

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