Lo reconozco, soy de esas personas que se instalaron Chrome en su equipo tan pronto como se liberó la primera versión y que, tras probarlo unas cuantas veces, acabó volviendo a firefox, más por costumbre que por otra cosa.
Sin embargo, tres circunstancias me han hecho volver a Chrome:
– Por algún motivo ignoto no puedo abrir mi cuenta de correo desde Firefox desde hace unos días. Tengo la sensación que debe ser alguna incompatibilidad de mi configuración de gears con la función de leer el correo en modo de desconexión, pero el hecho es que no puedo abrirlo y punto. Me resulta más fácil pasarme a Chrome, si funciona bien, que calentarme la cabeza con firefox.
– Mi vida está en google apps. Lo utilizo para gestionar mi correo y mis dominios y para compartir información y documentación con gente de medio planeta de forma centralizada y en la nube. Todo tiene sentido. Chrome es la cuadratura de este círculo prodigioso y, tengo que reconocerlo, es más rápido y eficiente que Firefox en muchos sentidos.
– La que se avecina. Con Google Wave a la vuelta de la esquina y Chrome como sistema operativo, Google va a dar un puñetazo encima de la mesa y va a reclamar su papel de líder insustituible. Es incontestable. Muchas de sus aplicaciones son, simplemente, las mejores, son gratuitas y están en la nube. Si quieres algo más, vas a tener que robarlo 😉
Es evidente que Google está diversificando sus esfuerzos con el objetivo de que su oferta sea incontestable. Y hoy por hoy lo es.
Yo, por mi parte, he decidido darle una segunda oportunidad a Chrome. Llevo varios días utilizándolo y, salvo algún pequeño bug, funciona tal y como cabe esperar. Aún puede mejorar y, eso es lo mejor, estoy seguro de que lo hará y pronto.
Deja un comentario